viernes, 15 de marzo de 2013

Carta a Fidel Castro por Carlos Manuel Pellecer




Roberto Blanco Moheno en su libro TLATELOLCO Historia de una Infamia, narra con exquisita nitidez las circunstancias que fueron construyendo la Infamia cometida aquel 2 de Octubre de 1968.
En uno de sus capítulos, encontré esta hermosa carta escrita a Fidel Castro, por el poeta Carlos Manuel Pellecer, y con un pensamiento digno del mismo autor:

“Los comunistas, cierto, no han ahorrado medios para deshonrarme, pero suelen engañarse, cuando al amontonar insultos creen construir sepulcros políticos. Si acaso, los túmulos que levantan con sus injurias resultan sepulturas para quienes han estado a su servicio, pero yo jamás lo estuve”.  

“La carta que cierra esta incursión doliente por la magnifica tierra cubana, cuya liberación temo porque las pasiones, como en España, derramarían otra vez mucha sangre, dice así:
      
      Fidel

     Hace algunos años usted declaro que la Historia lo absolvería. Las ideas que entonces defendió con riesgo de su vida son ideas amadas por todos los hombres, en todos los países y en todos los tiempos.

     Sus afirmaciones tuvieron el merito de transcender y su voz pareció la expresión de todos los pueblos americanos.

     Así, desde el Moncada hasta el derrocamiento de batista, pasando por la cárcel, el exilio y la lucha en las montañas, los gestos suyos  se aplaudieron en la América Latina: Y por un  momento marcaron rumbo a los destinos populares. Más no es lo mismo en combatiente valeroso, Fidel, que una persona cargada de vanidad, y aligerada de escrúpulos.

     Las promesas al pueblo de cuba hechas por la revolución que no es propiedad suya, sino fruto de la historia que se abona con sangre y sufrimiento de millones de cubanos han dejado de ser hermosas para convertirse en  meras balandronadas  personales y en humillaciones que yo no he creído, Fidel, que fuera usted capaz de aceptar .

     Usted dio a la lucha insurgente una consigna de gran transcendencia: “LIBERTAD O MUERTE”.  ¿Donde esta la libertada de cuba? Usted cambio esa consigna por otra que pareció oportuna: “PATRIA O MUERTE?. ¿Dónde esta la patria, Fidel?

     Patria es un pedazo de tierra poblada por hermanos donde se pueda sonreír y soñar. Es nuestra casa y nuestro campo, donde nadie pueda importunarnos, ni dictar nuestra conducta, donde trabajamos para que ninguno falte de pan, vestido y techo. Es el lar de nuestros  muertos, la cuna de nuestros hijos, donde podemos pensar y actuar en el marco de las instituciones y de la ordenación jurídica que rige la comunidad que constituimos.

     Patria es nuestro mar. Nuestro cielo, el aire que respiramos, la lluvia el viento tempestuoso, el roció de las mañanas; el bosque, el rio, las aldeas y el camino; la manera de hablar  y las canciones. Patria es el poder  y la gloria, nuestra familia, nuestro honor y nuestra esperanza. Patria es eso y mucho mas, pero que solo nosotros podemos amar tan emocionadamente, y por ello podemos entendernos entre si.

     ¿Cuantos cubanos tienen hoy ese pedazo de tierra? ¿Que hay de eso, Fidel?. Explíquelo a quienes  creímos en usted como en un orgulloso corazón de América; a quienes le creímos violento pero generoso;  audaz y justiciero, libertador y héroe. Usted y yo hemos pasado por la cárcel: sabemos como es triste que nos racionen la luz del día. Usted y yo hemos vivido en el destierro; sabemos como abruma el alma recibir la aurora en un paisaje que no es el nuestro.

     Usted y yo,  por mandatos de tiranos, hemos visto de frente la muerte. Ambos hemos creído nuestra juventud trunca, por mandatos arbitrarios, y en el fondo de nuestras convicciones, nos habremos jurado que algún día eso no iba a repetirse para ningún patriota. 

     Pero usted ha olvidado todo eso. Yo lo recuerdo bien con la fuerza y el vigor de la vida, y me digo que nadie- ni usted- tiene derecho a quebrantar la vida, la libertad, ni el sueño de los hombres que como patria aman a cuba.

     En tierra ennoblecida por la sangre de Martí y de Maceo y los Mambises, es ahora una tierra a la que mancharon con chantaje. Humillada.

     Los soviéticos engreídos, como ignoran la libertad, no la quieren para los pueblos. Desconocen la dulzura de la isla y su paisaje. Vinieron amargarle con provocaciones. Se burlaron de usted. Negaron sus  promesas, rieron con cinismo, tras escupir sobre las blancas playas.

     Sin opción desgarraron el honor de Cuba que estaba  recuperado. Usted, Fidel, no dispuso nada. No le dejaron opinar. Le impusieron ordenes igual que a un criado. Ordenes de doblar la frente que nosotros creíamos indoblegable.

     En Cuba se mata, se encarcela, se persigue. Y falta el pan, el arroz, el jabón, la electricidad y la independencia. Usted sacrifico todo eso a cambio de  palabras vanas.

     Estoy seguro, en Cuba, todavía se sueña y por lo mismo se canta y se baila como en los peores días de la colonia, en espera de resurrección. Usted, Fidel, ya no es el símbolo de esos sueños; al contrario, amenaza la bondad de los mismos.

     Al que lo dude,  que cuente  las descargas en el paredón; que cuente los niños sin hogar rodando por el mundo; que cuente los rostros enlutados; que cuente los presos  políticos; no se haga ilusiones, FIDEL.

     A usted un día de marzo de este año (1962) le arrojaron a los pies, el cadáver de un hombre vivo a quien sus antiguos camaradas le arrancaron la honra. Era un hombre ejemplar, patriota, hijo de patriotas, nieto de patriotas; y firme como las rocas frente al embate de las olas . Se llamaba ANIBAL ESCALANTE.
     Lo arrojaron a sus pies como un trofeo. Le arrojaron a los pies otros cadáveres de patriotas, y de militantes a quienes se asesinan o se deshonran.

     No será nunca una garantía ni para su poder ni para su vida, FIDEL. Cuando sepan que usted pesa menos, cuando halla colmado con desilusiones la credibilidad de las masas, cuando usted esté inmovilizado por la sangre y las lágrimas de quienes le hallan maldecido, entonces llegará la orden tenebrosa y usted se hundirá em el minuto que Moscu decrete.

     Querrá retroceder y será tarde. Su amigo Mikoyan, estará de nuevo en Cuba, posiblemente. Esta vez no habrá venido a sofocar la última indignación, la última rebeldía, como  ahora. ¡NO! reunirá asambleas para decir como usted se creyó grande, como fue vanidoso por que usted no era ni  siquiera un Dios pequeño.

Tal vez, en el mejor de los casos. Es más probable que llegue a extraerle con escarnio de una tumba, describa los fusilamientos, las arbitrariedades, ordenadas por usted, antes que su cuerpo sea cubierto definitivamente por el lodo.

     Las historias de los hombres dignos no es esta en el partido comunista. Cierto usted es un comunista nuevo y a perdido la dignidad, y por ello le tratan como un títere. No espere que sean compasivos. Su destino esta marcado por el propio sistema que usted impone a cuba. Resentido por que no pudo dar LIBERTAD a Cuba ni construir la PATRIA soberana que todos queríamos.

     La alternativa MUERTE ya no existe, FIDEL. Usted se puso de rodillas ante un IDOLO perverso, implacable, para que le salvara la vida y con ello se ha hecho repugnante para los hombres que en AMÉRICA continuamos AMANDO LAS PATRIAS CON QUE SOÑARA BOLIVAR  y creyendo en el fogoso pensamiento de José Martí.

     Ahora que he librado mi conciencia de las duras cadenas del comunismo, la imagen suya, FIDEL ---- gigante de la independencia ---- , es en realidad mezquina, enana; y el brillo solar de Cuba, que usted reflejó en otro tiempo, se hace siniestramente triste.

     FIDEL, el que fuera TITAN, es un fantasma.

     Ahora, AMERICA no tiene ejemplos en Cuba; solo se aturde, con montañas de palabras y se horroriza con el campo sembrado de cruces y de miserias”
Carlos Manuel Pellecer

Hermosa Carta, rescatada por Blanco Moheno, y quien remata al final de la misma con la siguiente reflexión:

     “Pues nunca fui fanático de nada, tengo la ventaja de no cargar cadenas que romper. Pero la carta, justa y precisa como una maldición bíblica, tiene una dolorosa belleza y un dejo amarguísimo de frustración. En una cosa no estoy de acuerdo con el escritor guatemalteco. Cuando dice que “ahora América no tiene ejemplos en Cuba”. ¡Al contrario! el ejemplo de Cuba ha de salvarnos de los violentos, de los fanáticos, de los asesinos, de los soplones, de los torturadores, de los que venderían a su madre a cambio de poder. Amo demasiado a México para imaginar siquiera semejante horror. Y sé decir por mi una cosa nomás: QUE NO VERÍA SEMEJANTE DÍA POR QUE PARA ENTONCES YO ESTARÍA MUERTO ¡FELIZMENTE MUERTO!”
Roberto Blanco Moheno



La herencia de Cuba a otros países, solo ha sido muerte, pobreza y el poder en manos de tiranos, que se perpetúan y con ello, aniquilan el pensamiento de Bolivar, LA LIBERTAD DEL HOMBRE CON DIGNIDAD Y CONSTRUYENDO PATRIA.

Alan Ponce




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